Señor, Tú has enriquecido Navarra como una tierra fértil y con bellas montañas. Sus habitantes son hábiles, cultivando la tierra y aprovechando bien el viento y el calor del sol. Pero mientras recogen el fruto de la tierra y recorren los senderos, pocos se inclinan ante su creador, y muy pocos son capaces de admirar la majestad de Dios. Señor Jesús, por favor, abre los ojos de los navarros. Ayúdales a ver todo lo que viene de Tu mano. Envía obreros, Señor, a los campos de Navarra. Te pedimos por una gran cosecha de creyentes que sean la semilla de nuevas iglesias que extiendan allí Tu reino. En el nombre de Jesús, amen.