Ubicada entre las escarpadas montañas de los Pirineos en el norte, y las grandes extensiones del valle del rio Ebro en el sur, se encuentra la región autónoma española de Navarra. El nombre evoca imágenes de castillos medievales y leyendas antiguas. Las laderas de las montañas llena de bosques esconden innumerables pueblos arraigados en tradiciones milenarias. Sin embargo, Navarra mira hacia el futuro.

Navarra siempre ha luchado con su diversidad. La mitad norte es vasca. El idioma y las costumbres están marcados por el pueblo vasco. En el sur la mayoría de los navarros hablan español y se identifican más con el resto de España. A pesar de las diferencias culturales, sus habitantes se enorgullesen de ser navarros y disfrutan con la diversidad de su cultura y tradiciones.

Muchos peregrinos caminan por Navarra en el antiguo Camino de Santiago, y la fiesta de San Fermín en Pamplona es famosa en todo el mundo por sus encierros de toros. Pamplona es la principal ciudad en Navarra, el centro industrial y universitario. Pero la mayoría de los navarros viven en pequeños pueblos y granjas, pueblos que mantienen un encanto especial adaptados a la belleza de su entorno natural.

Aunque la agricultura sigue siendo el corazón de Navarra, los navarros son también líderes en Europa en energías renovables, y están cerca de convertirse en autosuficientes.

Por otro lado, muchos navarros están abandonando la religión, y un número creciente de personas, superior al resto de España, afirman no tener afiliación religiosa. En los últimos años la iglesia evangélica ha experimentado un crecimiento moderado, pero sigue siendo una pequeña minoría.

Oremos por Navarra. Oremos para que la belleza de su entorno natural guíe a los navarros a reconocer a su Creador. Oremos para que la búsqueda de autosuficiencia sea reemplazada por la necesidad de un Salvador. Oremos también para que Dios envíe obreros a los pueblos y ciudades sin testimonio, que establezcan nuevas iglesias, y que los navarros puedan renacer y fundar su identidad en Cristo.